La mujer con los ojos pintados de amarillo II

Esa noche, me acosté y como de costumbre al poco rato, ya estaba durmiendo. Soy una persona a la que habitualmente no le cuesta conciliar el sueño, simplemente cierro los ojos y duermo. Salvo en las contadas ocasiones, en que las tormentas provocadas por los problemas del día a día, consiguen enturbiar mi mente con …