Humedades en el Alma

Las puertas del Atlántico se abrieron hace más de un mes, franqueando el paso a borrascas, ciclones, ríos de humedad y vendavales. Que desfilaron sobre nuestra tierra, Galicia, dejando tras de sí un rastro de inundaciones y árboles caídos. Pero los efectos de este otoño frenético, no se circunscriben a las efemérides meteorológicas. También esta atmósfera gris, nos priva de la presencia reparadora de los rayos del sol. La cabalgata de nubes que pasan sobre nuestras cabezas a toda velocidad, empujadas por los vientos ábregos. Descargan de forma monótona y persistente sus cortinas de agua, empapando nuestras calles y campos, regando de melancolía los corazones sensibles.

Desde hace unos pocos años, aprendí que no solo tenemos que mirar al exterior con los ojos físicos. También debemos observar detenidamente nuestro interior con el iris de la conciencia, para comprobar su estado. Ver que todo está colocado en su sitio, limpiar el polvo que dejan los malos sentimientos y barrer las emociones negativas. Ordenar el alma de forma periódica, debería de ser una tarea que todos tendríamos que hacer. No hay trabajo mas reconfortador que pasarle la ITV al Ser, a lo que somos en realidad, sin máscaras que oculten nuestros defectos. Sacar a la luz el brillo que el universo nos regaló, potenciar los talentos que nos fueron dados, es la misión más importante que tenemos que culminar. Por eso conviene limpiar las humedades que a veces salen en las paredes del Alma, con el paño de la humildad mojado de ilusión. Aprovechemos este tiempo otoñal para renovar el espíritu y templar nuestros corazones, para poder afrontar estos tiempos henchidos de tribulación.

JCT

2 comentarios

  1. Coincido totalmente co sentimiento, pero que difícil e plasmalo de xeito tan poético e fermoso.
    Parabéns Juan Carlos

  2. Rafael Rodriguez Valero

    Me encanta la prosa con la que está escrita el poema: ágil, lúcida y atrayente, la cual, lleva al lector a reflexionar sobre el interior del ser humano.
    Enhorabuena Juan Carlos, por expresar tan finamente un sentimiento.

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